Saturday
Nadie es perfecto. Los años y los daños nos lo van repitiendo como un murmullo suave y recalcitrante. Nadie es perfecto. No hay nadie que sea capaz de escuchar mis silencios, de ignorar mis palabras, de hablarle a mis miradas y de acallar mis dudas. Tú no eres perfecto, pero casi. No hay nadie que se trague mis cuentos, que me escuche encandilada más allá de 10 minutos, que se despierte y me mire... y sonría. Tú no eres pefecto, pero casi. No hay nadie tan divino, tan humano que sea capaz de ver más allá de las bravuconadas, de las alharacas y los aspavientos que a veces hacen de mi vida un molinillo de viento. Tú no eres perfecto, pero casi. No hay nadie que aguante el mal humor de la gripe, la hostilidad del silencio, las tardes urañas y las mañanas perezosas. Tú no eres perfecto, pero casi. Nadie es perfecto y el tiempo como una lupa nos muestra las imperfecciones, los surcos, las señales y las marcas...
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